El COMITÉ DE EXPERTOS
Cuando empezaron a nacer sólo niños en los años terminados en número par y niñas en los impares, fue que la comunidad decidió por amplio consenso que el tema debía ser elevado a las más altas instancias gubernamentales y habría que elegir un COMITÉ DE EXPERTOS para estudiar el curioso fenómeno, de graves consecuencias para el sistemas estadístico de la nación, amén de la posible inhibición del acto de la procreación, puesto que el conocer de antemano su resultado podría suprimIr la emoción básica y esencial de la sorpresa.
Tras una magna consulta popular, en la que prácticamente nadie se abstuvo dado el alto interés suscitado, la afluencia de votantes no se detuvo en todo el día y finalmente cuando el Alcalde leyó los resultados, el pueblo entero salió a celebrar a las plazas, puesto que todos los candidatos propuestos habían sido elegidos. El Comité de Expertos, por tanto, quedaba conformado por magistrados y jurisconsultos de notable trayectoria; por eminentes y sabios galenos y por astrónomos destacados, varios de ellos expertos en el estudio de las estrellas enanas. Todos, como se ha dicho, ciudadanos notables -con la sola excepción de la ilustre pitonisa del pueblo- cuya fama de vidente y experta en refranes populares, la hacían imprescindible en la tarea y a quien el Alcalde, con gran pompa, le hiciera entrega del valioso Tarot, con más de un siglo de antigüedad, el que había pertenecido a un marqués de algún remoto lugar.
Muy pronto el Comité se abocó al trabajo de investigar las situaciones y eventos que podrían estar al origen del problema y premunidos de modernas reglas de cálculo, trazaron el espacio probabilístico del tiempo a considerar. Naturalmente, que la inicial circunspección y mesura de los incumbentes fue tomando ribetes complicados a medida que avanzaban en su misión. Las hipótesis planteadas por cada estamento diferían por completo unas de otras y eran rechazadas sistemáticamente por sus oponentes: a saber, los magistrados y jurisconsultos planteaban la teoría de la de la inmutabilidad de las leyes y puesto que las cárceles estaban vacías, postulaban endurecer la legislación para que los ciudadanos tuvieran oportunidad de incumplirlas y así el orden natural volviera al pueblo. Los galenos teorizaban en que la causa probable sería la interacción desordenada de los cuatro humores básicos en el cuerpo de las mujeres, por pensamientos lascivos, posiblemente debido al aprendizaje de la lectura, en tanto, los astrónomos eran de la teoría que el responsable del hecho habría sido el eclipse ocurrido en años anteriores, ya que un eclipse era ni más ni menos el momento en que el sol y la luna apagaban la luz para tener romance y como todo el pueblo había oscurecido vidrios con el humo de velas para observarlo, los astros estaban castigando su insana curiosidad.
Mientras los habitantes del pueblo esperaban noticias en las afueras de la Procuraduría, el Concejo no llegaba a ningún acuerdo. Incluso se comentaba que uno de los galenos habría lanzado una vara de esculapio a un magistrado y éste le habría respondido golpeándolo con el Código Penal.
Por cierto todas estas habladurías eran falsas, aunque en alguna oportunidad se vio salir a algún galeno con un ojo morado y a uno que otro magistrado con evidentes laceraciones en el puente de la nariz.
En tanto, medio año pasaba ya desde la solemne inauguración del
ilustre Comité. Medio año en que la ilustre adivinadora, cansada y aburrida
de las disquisiciones de sus notables colegas - sin llegar a resolución alguna -
decidió ofrecer sus servicios de adivinación y consultoría a las mujeres del pueblo.
Así fue como se abrió la pequeña puerta trasera de la Procuraduría y largas filas
de mujeres en edad de merecer, esperaban para recibir los consejos de la
adivinadora, quien desplegaba su sapiencia en cada uno de los casos
consultados. La Luna, el Carro, la Emperatriz, el Loco, o el Colgado, así como
también el Juicio o la Templanza, se manifestaban en su justa interpretación en
cada tirada del tarot. Valga como ejemplo, que el Loco podría representar para
alguna la necesidad de abrirse a una aventura, como para otra, la necesidad de
dejar de lado alguna inconfesada tentación. Asimismo, sirva también como
ejemplo -que la Emperatriz podía representar el anuncio de fertilidad- como por el
contrario, si aparecía invertida, significaba ausencia de fertilidad por falta de
cuidado corporal, especialmente de las partes pudendas. Así, cada consultante
obtenía un certero consejo, bajo compromiso de ser practicado con estricta
solemnidad.
En tanto, el día número 366 de iniciada su labor los eruditos por fin habían terminado de escribir el extenso y voluminoso tratado. Ninguna de las partes había aceptado las hipótesis de los oponentes, por lo que habían acordado que todas las teorías eran válidas en su mérito y aunque algunas se anulaban o contradecían entre sí, evidentemente no representaría problema alguno su cumplimiento.
Ese mismo día se programó la solemne entrega del valioso tratado a las autoridades ante el pueblo reunido en la plaza mayor, al son de los acordes de la banda instrumental, sin embargo, apenas iniciada la alocución del Alcalde, éste fue violentamente interrumpido por los gritos de la comadrona del pueblo, quien visiblemente alterada, comunicaba ante la incredulidad de los presentes, que siendo éste un año impar, acababa de nacer un niño varón.
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* P.S. El valioso documento quedó bajo custodia especial de las autoridades gubernamentales y su contenido (sirviera o no), era el resultado del trabajo de los mayores eruditos del pueblo, con la salvedad de la ilustre adivinadora y experta en refranes, quien se negó a estampar su firma en el tratado.
Vitacura, 10 de septiembre 2022.